
Pie de foto: Agustí en casita, haciendo el Mono, i HOLDIN´THAT RECORD
Leo en un blog una reciente entrevista con Albert Gil.Con su inteligente y sardónica prosa, se adscribe sin rodeos a la teoría kikoamatiana del modernismo como producto de su momento y no como mero revival. No tengo el texto ante mis ojos para citar textualmente, pero sin duda esa es la idea. Una actitud vital de estar siempre a la última del calendario, no una comunión de secta "sixties".
Es una postura lógica por su parte; al fin y al cabo, dirige un sello, según parece de corto futuro, donde conviven sin problemas gentes de pelaje tan diverso como Stay o Canary Sect, Blow Up o Gigantic, Chicos del sábado o Second Coming. Lamentaré su desaparición.
Que duda cabe, respeto su postura, por quién és -Albert Gil, ni siquiera podría asegurar que mi vida hubiera sido igual sin él y sin su hermano- y por como és -un tipo apreciable desde que le traté por primera vez en 1986- pero modestamente, creo que todo el mundo tiene derecho a decir la suya, pués como dice Nick Hornby, por qué estar en contra és lo mismo qué por qué estar a favor, en cuyo caso, porqué hace nadie nada.
Avisaba Irving Babbitt a sus alumnos de Harvard en 1906 de la necesidad de romper con el pasado cultural inmediato del S. XIX. Un humanismo que rechazaba el progresismo liberal y desestimaba el concepto romántico de Dios y la confianza Rousseaniana en la bondad innata del hombre, y en el valor de su libertad. Sea por dandismo adolescente, sea por ingenuidad, muchos le creyeron, y la história nos demuestra la deriva a la que condujo tal necesidad de borrón-y-cuenta-nueva. Horribles fascismos, espantosos estalinismos, anarquismo a bombazo limpio. Tal vez sea hora de volver a hacer tabula rasa de todo este guirigay, y como dice Kerouac, avanzar.
Según Esteban Pujals, la modernidad puede ser ambigua y estar en perenne estado de redefinición, pero su existencia resulta incontestable y el hecho de que la premodernidad sobreviva la hace presentarse más visible, la define por contraste. ahora bién ¿Qué és la modernidad? ¿Lo último?
Tomemos dos fechas significativas para ilustrarnos. primera: Agosto de 1960, los Beatles ponen el pié en Hamburgo. Son hijos del Rock and Roll de la década a punto de fenecer. En el momento, este estilo anda de capa caida comercial, con Buddy Holly muerto, Jerry Lee Lewis y Gene Vincent semiclandestinos en su propio pais, Elvis recién vuelto de la mili actuando en televisión con Frank Sinatra, reconvertido en artista para toda la família. Es el momento de la industria, del Twist, del Brill, los bailes, las cenicientas, los magos del estudio. Sin embargo, los Beatles demuestran que el público sigue interesado en sonidos más crudos y que los aceptarían, si se les era ofrecido.
Segunda fecha: 1 de abril de 1976 en Manchester. Debutan The Buzzcocks. ¿Es necesario explicar a gente culta todo lo ocurrido en este lapso de tres lustros? Tampoco podría, claro está, a no ser que quisiera dedicar mi vida a ello y ocupar muchos, muchos gigas.
Tomemos ahora dos fechas más recientes. primera: abril de 1994, el famoso tonadillero Grunge Kurt Cobain se vuela la tapa de los sesos. Segunda: Ahora, 25 de enero de 2011, mientras escribo esto. 17 años. Más tiempo.
Qué ha pasado.
Underworld. Primal Scream. Atari Teenage Riot.
Por favor, a quién se le ocurre.
Admítanlo, el canon occidental se ha ralentizado, casi se ha detenido. Sólo se avanza tecnológicamente. Actúan en el Primavera Sound The Pixies, Pavement, The Orb. El santo y seña de la "inteligentsia modelna". Los mismos grupos que ya sonaban hace 20 años.El mismo público de veinteañeros que entonces venían al mundo y que se atreven a llamar retrogado a tipos como yo. Eso es como preferir a los Mustang en plena época de "la casa de la bomba" ¿No creen?
¿Son más modernos Arcade Fire que los Kinks del "Face to face"? ¿Es más moderno Seal que los Impressions de "The young Mods forgotten story? ¿"This is our music" de Galaxie 500, más moderno que "This is our music" de The Ornette Coleman Quartet? ¿Son más modernas, por último, Luna Miguel y Jimina Sabadú que Virginia Woolf? Naah, queridas niñas, únicamente habéis nacido después. Ausiàs March és moderno.
Decía Kiko Amat en su ensayo aparecido en "El retorno de los Teenagers" cuánto echa de menos lo que él llama "los años del frescor". Luego, la escena empezó a llenarse "de reglas".
A mi, Kiko, tampoco me gustan las reglas. Empezando por las tuyas.
Luego se dedica al "Droppin´ names", con los que supongo deben ser su canon; olvidando que és el "suyo" y que cada uno tenemos el "nuestro". Felix Francisco Casanova. Bernardo Atxaga. Felix de Azúa. Para no aburrir, etcetera.
Un conocido mío, que gusta de grupos actuales digamos dignos como Belle and Sebastian o Stereolab, decía que cierto grupo que me hizo escuchar eran "como Love". Sin embargo, no poseían su capacidad para fabricar melodías eternas, ni su complejidad estructural se le podía equiparar, por no hablar de la dulcísima voz de Arthur Lee. Cuando encuentres algo así, le dije, volveremos a hablar del tema.
Como todo el mundo sabe, Love son de 1990, pués ese es más o menos el año en el que mi experiéncia personal les descubrió, así como los Bohemios de Mallorca son de 1998 o the Action de 1987, aunque ellos sean de 1965 y el disco de Edsel, introducido por Paul Weller, de 1980.
Como "Mamma a go go", de Perez Prado, una adquisición reciente que causa furor en nuestras fiestas, es puritito sonido febrero de 2011. Pura vanguardia.
Por supuesto, secundo apoyar a los grupos de la así llamada nuestra escena. El que me conoce sabe que llevo haciéndolo desde los tiempos de Brighton 64, Negativos, Sex Museum, Furtivos, hasta el ahora de The Faith Keepers, Brand New Sinclairs, Immediatos, The Shake, Canary Sect...pasando por todo lo que ha habido entremedias, y que en mis estanterías, el apartado 70s, 80s, 90s, 00s y 10s, és bién hermoso, aunque desde hace ya tiempo, supedito mi apoyo a que el producto en cuestión sea un vinilo, a no ser, claro está, que se trate de una maqueta.
Alguien dijo, y por hoy ya estoy cansado de citar, que revolución y tradición son la misma cosa.
Muchos humores, pero sobre todo, amor.